jueves, 8 de marzo de 2012

¿Qué plan B tienen los Castro? (OPINION)


¿Cuál es el plan B que tienen los Castro si Hugo Chávez muere o tiene que alejarse de la política debido a su enfermedad? La respuesta tal vez no la tiene nadie, pero cualquiera que sea la alternativa que prepara el gobierno de Raúl Castro el asunto es de importancia estratégica para los cubanos, que están más preocupados que los propios venezolanos con el deterioro de la salud de Chávez, quien entrega anualmente a la isla 37 millones de barriles de petróleo –dos tercios del consumo nacional-- y unos $6,000 millones de dólares en subsidios.

Si el teniente coronel sale de escena pueden cambiar muchas cosas que no estaban en los planes de los Castro mientras el mandatario venezolano estaba tan sano como agresivo en su afán de llevar la revolución bolivariano-castrista-antiestadounidense a toda Latinoamérica.

Cualquier liderazgo que suceda al de Chávez, por mucho que se empeñe en mantener ciertos "servicios" que hoy prestan más de 50,000 cubanos en territorio venezolano para pagar al menos una parte del petróleo y las subvenciones, reducirá sustancialmente la transferencia de fondos al gobierno cubano.

Los $10,000 millones de dólares que ahora vuelan cada año desde el Tesoro venezolano hacia La Habana constituyen un escándalo nunca visto en la historia latinoamericana. Y ha sido posible por decisión muy personal de Hugo Chávez debido a su enamoramiento de Fidel y el castrismo.

Aún en el caso de que ante una victoria de Henrique Capriles en las elecciones de octubre los generales chavistas propinen un golpe de Estado, o incluso si Chávez gana los comicios –mediante un fraude, o no-y fallece poco después, el petróleo gratis y las subvenciones serán reducidos o hasta suprimidos.

Y si el chavismo le entrega limpiamente el poder a Capriles–cosa que está por ver-- las subvenciones caerán bruscamente a quizás algunos cientos de millones de dólares si se decidiese mantener la atención médica "Barrio Adentro" en áreas pobres, y algunos entrenadores en materia deportiva, etc.

Con semejante tsunami económico y financiero en el horizonte, que de tocar tierra agravará dramáticamente la crisis crónica de la economía cubana, algo deberá hacer el régimen para tratar de evitar que un nuevo "período especial" y apagones de hasta 14 horas diarias desestabilicen al país.

Los más estalinistas dentro de la nomenklatura miran hacia la gigantesca plataforma Scarabeo 9, que contratada por la empresa española Repsol ha iniciado la exploración de petróleo en las áreas del Golfo de Mٞéxico cercanas a Cuba. Pero un problema agua la fiesta: suponiendo que se encuentre crudo comerciable y abundante en el golfo los beneficios económicos tardarán al menos tres años en fructificar, según los expertos, y luego de inversiones multimillonarias en infraestructura.

Lo ideal para este grupo "petrolero" es que se pueda campear la tormenta del fin del chavismo hasta que la isla pueda comenzar a exportar el crudo extraído en el mar. Pero ¿cómo?

Los Castro y sus más allegados ya están "ayudando" a Chávez a escoger quién será su sustituto, para que sea benévolo a la hora de cortar privilegios a Cuba. Pero no hay garantía de que eso vaya a funcionar bien, dada la enorme impopularidad del castrismo y de los cubanos en Venezuela.

Por otra parte está el grupo "chino" en la cúpula castrista, que además de ser más pragmático al parecer constituye la mayoría. China es un ejemplo elocuente de cómo un régimen dictatorial puede sobrevivir a la muerte del caudillo. Lo logró al instaurar un capitalismo de Estado (bautizado "socialismo de mercado") bajo la consigna de "Enriquecerse es glorioso" lanzada por el líder Deng Xiaoping, al tiempo que en el plano político ha conservado la asfixiante rigidez del comunismo.

Capitalismo de Estado chino

El capitalismo de Estado sólo es posible en un sistema totalitario, cuyas expresiones más acabadas son el fascismo y el comunismo. Se caracteriza por la dominación de un partido único, una ideología oficial, el monopolio de los medios de comunicación, el control policial de la sociedad, y la supeditación de la economía a un plan centralmente trazado por el gobierno.

En el caso chino se trata de un híbrido inédito de capitalismo con socialismo y fascismo --no imaginado por Marx o Lenin--, que facilita la creación de empresas capitalistas en casi todas las ramas de la economía, mediante un complicado sistema de leyes que permiten una avalancha de inversiones extranjeras, pero a la vez prohíben las inversiones en los sectores de "seguridad nacional", como los medios de comunicación, de propiedad estatal o férreamente censurados, mientras la represión y la tortura psicológica forman parte del terror político estatal, miles de empleados del gobierno bloquean páginas web, y los opositores políticos van a la cárcel, o son hostigados, o apaleados.

En China sólo se ha modificado, no suprimido, la centralización de la economía, y gobierna el mismo Partido Comunista que encabezado por Mao Tse Tung prohibió la propiedad privada, impuso la colectivización forzosa de las tierras, el Gran Salto Adelante y la "revolución cultural", que causaron decenas de millones de muertos –de hambre o ejecutados. Hay allí una macrocefalia estatal muy intervencionista en el ámbito económico. Beijing no admite que el mercado es superior y sostiene que un fuerte poder estatal (comunista) es clave para mantener la estabilidad y el crecimiento.

Del lado de acá del mundo, en Cuba, buena parte del generalato, los coroneles, los burócratas, los familiares de los Castro y de los principales jerarcas del régimen, presionan para instalar en Cuba el capitalismo de Estado chino. Es la única posibilidad que ven para mejorar la economía y preservar el poder.

Sin embargo, Fidel, más que Raúl, teme que esa apertura "burguesa", aunque controlada, termine por crear una clase media capitalista e incluso millonarios con demasiado poder, que ya independizados del Estado sean una amenaza política mortal para el enfermizo control de la sociedad cubana que ejerce la cincuentenaria dictadura.

Por eso las llamadas "reformas" raulistas prometidas en 2007, o no se han llevado a la práctica, o han sido suspendidas, pospuestas, o marchan tan lentamente que no significan nada para sacar a la economía de su estado cataléptico y ruinoso.

Pero sin Chávez en el Palacio de Miraflores la cosa cambia. El viejo comandante y su dúctil hermano, sin muchas opciones prácticas para cubrir el hoyo negro de $10,000 millones anuales, tendrán forzosamente que "abrir la mano" en materia económica. Cómo abrirla será el problema.

Puede que lo hagan para echarlo todo atrás si en 2015 la isla empieza a bombearle crudo al mundo. De todas formas el castrismo sufrirá una fuerte metamorfosis, aunque sin alterar su carácter totalitario.

Y como los Castro nunca van a admitir que copiaron el modelo chino, puede que a este capitalismo de Estado tropical lo conozcamos bajo el enmascaramiento de algún otro sofisma de los tantos creados en medio siglo para falsear la realidad de las cosas. No me extrañaría que se le llame "socialismo cubano", o incluso "Socialismo del siglo XXI" en homenaje a la memoria de Hugo Chávez.


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Fuente: http://bit.ly/z1wjqX

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